DAVID MURCIA ANGEL O DEMONIO

Para miles de inversionistas en todo el país el dueño y artífice de la empresa DMG, era una especie de ángel caído del cielo que había llegado para solucionarle rápida y efectivamente sus múltiples y apremiantes problemas económicos. Y efectivamente muchos lo lograron mejorando sustancialmente su vida, aunque fuese a merced de otros tantos perdedores, según el dictamen de sus detractores.
El éxito repetido en las transacciones comerciales con DMG y el recibo oportuno e igualmente repetido de los altísimos dividendos obtenidos por el dinero entregado (representado en una tarjeta prepago) y toda la aureola de popularidad y magnetismo que rodeaba a este personaje convertido en una especie de Robin Hood salvador de los pobres ( y de otros no tan pobres), fue su mejor carta de presentación ante sus clientes con la que ganó prestigio y aceptación y atrajo muchos más inversores a lo largo y ancho de la geografía nacional y fuera de ella, quienes entregaron confiados sus dineros a DMG. Por estas razones muchos de ellos lo apoyaron y continuan haciéndolo con marchas de protesta en diferentes ciudades del país, implorando inclusive por su liberación.
El efecto ilusorio del dinero fácil y rápido que inclusive se percibe como estable a través del tiempo (se dañó "porque el gobierno intervino", dijeron muchos), característico de los esquemas piramidales o similares contribuyó a generar este sentimiento de agradecimiento a David Murcia y de pertenencia por una empresa que veían y sentían (y ven y sienten aún) como propia, contando a sus empleados.
Claro está que su buena imagen no es gratuita. En Orito Putumayo y en La Hormiga donde comenzó sus negocios, los habitantes que conocieron de cerca a David Murcia lo describen como una persona humilde pero dotado de grandes ilusiones y proyectos, pensando siempre en hacer grandes cosas por la región, activo y emprendedor. Estas apreciaciones coinciden con opiniones expresadas por algunas personalidades de la vida nacional que replicaron el sentir de la comunidad sobre David Murcia, y con sus mismas declaraciones en la entrevista con Claudia Gurissati por el canal RCN en las que se describió, en sus propias palabras, como "una persona diferente, aún en los negocios. Conmigo las cosas son diferentes. Pienso que todo se puede hacer en macro. Los que han hecho negocios conmigo saben eso. Salen levitando de tantas ideas y posibilidades". " No soy un lavador, ni un narcotraficante, ni un delincuente". Se define como humilde, perteneciente al estrato 1, empresario emprendedor, activo y con una perspectiva de negocio diferente, macro, en grande como dice él mismo. Quizás a eso se refieren sus seguidores cuando piden que regrese y mantenga su modelo de negocio; y da razón seguramente de la extensión de sus negocios a otras latitudes y a diferentes sectores de la economía y el comercio.
Otra imagen muy distinta tiene el gobierno y sobre todo los organismos de seguridad del estado que lo ven como un criminal de talla mayor, como un demonio insensible que no se compadece del dolor causado a sus innumerables "estafados", como un "pobre levantado" que no se entiende cómo pudo surgir y crear semejante emporio económico en tan poco tiempo ( "a no ser que fuera de manera fraudulenta). No está claro aún cuál fue el tipo de negocio que se manejó en DMG, ni el gobierno ni el propio Murcia han despejado todas las dudas, pese a que este último ha recalcado que se trata de una comercializadora. Lo que si parece claro es que no constituyó una pirámide o esquema ponzi como tal aunque está metido en el mismo costal con las demás que colapsaron o fueron intervenidas.
El general Naranjo lo calificó " de la mente criminal más grande que él haya conocido en toda su historia de vida al servicio de la policía" que hubo que trasladar de Panamá fuertemente custodiado y con grilletes en los pies, que no merece el beneficio ni de la duda ni del principio de oportunidad, ni ningún otro beneficio jurídico como los otorgados con laxitud y amplitud a políticos corruptos, narcotraficantes y paramilitares confesos, guerrilleros acusados de matanzas, etc. La apreciación es, desde luego, que sus delitos están muy por encima de las masacres y delitos de lesa humanidad, de los genocidios confesados alegre e impunemente por los "alias" de todo tipo que han asesinado o han sido los autores intelectuales de 300, 500, 2000 o más de 3000 personas (!?). Los actos terroristas de Pablo Escobar le quedaron en pañales....El ministro Santos lo presentó como lujurioso y ostentoso con sus ferraris y demás.
Una percepción exagerada desde luego de lo que seguramente es David Murcia y una manifestación de doble moral de quienes le aplican un rasero diferente del que usan para medir las acciones de todos los creadores y promotores de las demás pirámides y de los delincuentes de toda laya, incluyendo los de cuello blanco.
Tendremos que esperar para ver en qué termina todo esto. David Murcia deberá aclarar muchas dudas todavía presentes y demostrar a través de su abogado que los delitos imputados no son ciertos. Ojalá que la justicia obre con objetividad, imparcialidad y sin corrupción y le permitan llevar el debido proceso y ya no lo traten más como el chivo espiatorio de la incapacidad del gobierno de controlar los movimientos especulativos como el de las pirámides.
Y si resulta demonio que lo exorcisen como dijo Pirri.

escrito por JORGE DUQUE