LA SOLUCION ES EL HOMBRE ARAÑA

Doblegar las fuerzas instintivas del Ello en el niño pequeño para ajustarlas a los imperativos sociales es tarea de titanes; los padres lo saben muy bien!. Generación tras generación se ha empleado un sin número de recursos que van desde el castigo físico severo y las privaciones hasta las recompensas, dádivas, halagos, etc., más conocidos en el mundo académico y pedagógico como los reforzadores de la conducta. Todo esto hecho para que los infantes hagan caso y se adapten a las exigencias del mundo sociocultural en el que les corresponde vivir.

En distintos momentos pensamos que “no hay nada que hacer”, todo lo ensayamos y no da resultado. Los llenamos de regalos cada vez que se comportan bien; no los dejamos ver televisión o jugar con sus juguetes preferidos o salir a jugar con sus amiguitos, cuando hacen travesuras o no obedecen lo que se supone deben obedecer; hacemos de “avión volando” para que reciban la comida que le estamos cuchareando con el fin de que se nutran bien; tenemos siempre a la mano el dulce o el regalito cuando regresamos a casa para que luego de pronunciar la consabida frase ¿ qué me trajo…..?, no nos armen pataleta; ahorramos toda la semana (si es que se puede) o prestamos dinero dónde sea para sacarlos a dar una vuelta siquiera a l centro comercial Multicentro o la ciclovía el fin de semana; rogamos a Dios todo el año para que el Niño Dios o en su defecto Papá Noel arrime a nuestra casa en navidad; procuramos controlar el mal genio, el estrés, la frustración, el desánimo, la agresividad, la desesperanza, la pereza y todos los males que diariamente nos aquejan para que no se vayan a “ contaminar” y se empeore la situación; les brindamos las tres comidas diarias reglamentarias (así nosotros nos limitemos a dos, o una cuando toca) y otros tantos “golpes” durante el día, porque “piden más que deme”. Ni los directivos del Banco de la República con su Casa de la Moneda que fabrica los billeticos, logran satisfacerlos.
Parece que la tarea de socializarlos y volverlos juiciosos como esperan todos los que ya lo son o pretenden serlo está condenada al fracaso y la prueba fehaciente está en todos los adultos que no han aprendido a comportarse bien, porque desde pequeñitos nunca quisieron hacerlo: los políticos corruptos, los que quieren perpetuarse en el poder porque les da pataleta dejar el “ juguetito”; los políticos de la parapolítica, la narcopolítica, la yudispolítica, la farcpolítica; los grupos al margen de la Ley; los que utilizan la violencia para conseguir sus fines; los que piden plata prestada al 10% y luego se la gastan en las tomatas del folklor; los que tienen más de una novia(io) ("muy aguantadores o con plata"); los que no se acuerdan de la mamá ni el día de la madre. La lista sería interminable...

En mi casa hemos aplicado el sabio dicho popular de “por la plata baila el perro” que durante bastante tiempo nos dio excelentes resultados con nuestro hijo de cinco años que producto del dinero que le dabamos cada vez que se portaba bien, lograba disponer de muy buenas cantidades que gastaba a sus anchas en todos sus caprichosos. Y como era de él…. Inclusive este dinero ahorrado nos sacó de más de un apuro en estos meses de penuria. Claro que hubo que pagarle sus intereses que a su corta edad aprendió a cobrar bien duro: el 10% de los agiotistas le quedó en pañales! Pero bueno nos presta siempre que necesitamos.

El peso colombiano pronto perdió su valor y efecto sobre todo cuando supo de la existencia del dólar y captó rápidamente lo que significaba multiplicarlo por la tasa de cambio vigente. Aun así éste también perdió atractivo cuando no recibió sino un único billete de un dólar que tenía guardado en mi billetera desde mi época de estudiante universitario.
Volvió a animarse cuando supo de la existencia de las morrocotas de oro puro en una película de piratas del Caribe expuesta por tv cable. Como no es fácil hacer contacto con los buscadores de tesoros perdidos que pudieran darnos facilidades de pago para adquirir las morrocotas, quisimos engañarlo con las monedas de chocolate envueltas en papel dorado, pero por más que procuramos conseguir las más parecidas a las morrocotas, parece que tiene claro la diferencia entre el chocolate y los quilates del oro puro.
Su fascinación por la fantasía y prodigios de los héroes de los cuentos infantiles y la televisión nos sugirió la idea de convertirlo en el hombre araña: rápido, contundente, serio y enemigo del mal (en este caso enemigo de los malos comportamientos).
La primera medida que tomó fue llamarse "hombre araña 3, egipcio, mágico". Su rapidez para comer, tomarse el tetero, vestirse, ordenar su cuarto y hacer las tareas es sorprendente. Constantemente nos señala nuestro mal comportamiento y la necesidad de cambiar. Se ha convertido no solo en un ejemplo de buen comportamiento sino que alecciona a los demás. Su rapidez es tal que antes de llegar al baño para bañarse los dientes tiene ya la boca abierta….! Eso era lo que necesitabamos para controlarlo cuando todo lo empleado en el pasado ya no servía y para que finalmente hiciera lo que tenía que hacer , cosa que los niños hacen generalmente "cuando les viene en gana"; pero sobre todo que lo que tenía que hacer lo hiciera cuando tenía que hacerlo y con la prontitud requerida, porque como dice mi señora madre " hace más caso una pared...".
La dicha nos duro poco. En menos de tres semanas el hombre araña sólo obedecía órdenes de sí mismo porque por eso es un superhéroe.
Elevarle el ego dio resultados parciales. Inventamos un superhéroe hecho a su medida, mezcla de varios otros y por iniciativa suya: " El superrapidísimo " que surtió el mismo efecto del hombre araña, aunque ya languideció. Volvimos al punto inicial y a la concebida pregunta ¿ cómo doblegar a los niños que quieren imponer su santa voluntad? Recibo sugerencias.


Posdata: Si usted no hace nada de esto para domesticar a sus hijos le puede ir peor.

Escrito por Jorge Duque