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domingo, 11 de enero de 2009

SALVAR EL PLANETA O MORIRNOS CON EL?




















Es la disyuntiva actual que hay que resolver cuanto antes.
El calentamiento global con todos sus nefastos efectos sobre la vida en el planeta tiene preocupados a más de uno, pero pocos se deciden a tomar medidas radicales e inmediatas, así nos signifique a todos meternos " la mano al dril". Purificar las aguas residuales de nuestras ciudades antes de que lleguen contaminadas a los ríos no sólo es una ingente tarea sino que cuesta muchos millones de pesos o de dólares, como se quiera. Pero como somos los ciudadanos comunes y corrientes, las empresas y fábricas, los agricultores, el estado, etc, quienes las contaminamos, lo lógico es que asumamos de una vez por todas el costo de regresarla a la naturaleza en el estado en que nos llegó; a través de los impuestos o como sea. Igual sucede con los demás recursos naturales deteriorados por la mano del hombre.
Los gases tóxicos expelidos por los automotores que recorren las calles de pueblos y ciudades alrededor del mundo entero son los responsables del efecto invernadero en un porcentaje que está entre el 20 y el 30% de todas las emisiones de gases conducidos a la atmósfera, si mal no estoy. El número de vehículos en circulación va en aumento y en países como la China su crecimiento es descomunal (algo así como 5 millones de nuevos autos cada año). Hay ciudades que tienen sobre sí espesas nubes asfixiantes que ya no se disipan, como Los Angeles o Ciudad de México.

El uso de combustibles menos contaminantes o de formas de energía limpias como la electricidad o el aire comprimido, se imponen cada vez más como necesidad inmediata en la industria automotriz. La idea de su aprovechamiento, por lo menos en el caso del carro eléctrico, data de una época anterior al desarrollo del motor a gasolina. Algunos inconvenientes como el gran peso de las baterías que se requerían para impulsarlo y su escasa autonomía, entre otros, lo rezagaron y postergaron su acogida por parte de los fabricantes de automotores y de los potenciales usuarios. Superados los escollos mayores entre los años 90 y 95 y equiparado su desempeño, funcionalidad y diseño con los vehículos de propulsión a gasolina, la lucha por ocupar un lugar destacado en el mundo contaminado actual se torna más un problema político y de intereses económicos encontrados que otra cosa, como veremos en este llamativo video que presenta su historia en los Estados Unidos y el juego de intereses que hay de por medio. VER AQUI (¿ Quién mató al coche eléctrico ?)
Más temprano que tarde el mundo se verá en la obligación de controlar no sólo las emisiones perjudiciales al medio ambiente sino la cantidad de vehículos circulantes, hecho inminente ya en varias grandes metrópolis atestadas de medios de transporte terrestre que no encuentran lugar ni para transitar ni para estacionarse. "La jornada sin carro" ha terminado por imponerse en varias de nuestras urbes y en algunas como Bogotá se ha extendido a 14 horas diarias lo que ha generado tanto defensores de la medida como opositores que argumentan violación del derecho a la movilidad, al trabajo, al uso del vehículo, etc., pero no nombran el derecho a un ambiente sano, menos estresante, de desplazamiento más rápido. Este tipo de decisiones desde luego trae consigo sectores perjudicados como los expendedores de gasolina, de autopartes, lavaderos, los que usan su carro particular como negocio, etc. Habrá que hacer ajustes para disminuir los efectos de la determinación pero va a tener sin lugar a dudas un costo y varios dolientes. Algunos datos del primer día de la nueva jornada sin carro suministrados por la administración del alcalde Moreno son los siguientes: la contaminación disminuyó en un 17% (530.000 vehículos menos circulando); reducción de casi el 50% en la accidentalidad; incremento del 26% en la velocidad promedio; y seguramente menos estrés y mejor humor de los capitalinos.
Ojalá las fuerzas ocultas interesadas en torpedear la evolución de tecnologías cero emisiones permitan que el presidente Obama cumpla su compromiso de proteger el medio ambiente e impulsar las soluciones alternativas al consumo de gasolina; y en Colombia se acoja y extienda con vehemencia la idea de optar por el carro eléctrico, tema tan de boga en estos días en los medios de comunicación como política del Ministro del Medio Ambiente.

Noticositas: 1.500 millones de personas sufrirán de hambre en el 2009 debido al cambio climático !
A Bogotá ingresan cada año 135.000 nuevos automotores, 11.250 mensuales

Escrito por Jorge Duque

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